lunes, 28 de septiembre de 2015

43 lecciones de memoria





Un año dos días. ¿Qué es un año dos días para un padre que no sabe desde hace un año y dos días dónde están sus hijos?

¿Qué es un año dos días para un país que no sabe desde hace un año dos días dónde están sus maestros?
 
De dos males el menor. Mejor un grupo de maestros, organizado o no, protestando y haciendo plantones ante “n” cantidad de reformas educativas, que un grupo de maestros rurales organizados boteando para cubrir los gastos de su escuela normal.
 
México es un país que puede y debe prescindir de sus estudiantes. Así lo han demostrado durante años. Los cada vez menos recursos destinados a las grandes universidades públicas son una primera señal, pero no la más alarmante.
 
Más allá, más lejos, México, su estado, o mejor dicho, su gobierno, mata a sus estudiantes.
 
Antes podía ser mediático: una masacre en plena ciudad de México, a escasos días de las Olimpiadas tenía que ser noticia. Por suerte para el gobierno, sus soldados “periodistas” minimizaron la emboscada. Para ellos el 3 de octubre fue un día soleado.
 
Ahora, 46 años después, es más difícil, pero sigue siendo posible. Basta fabricar cualquier cantidad de noticias de paja para desviar lo más posible las miradas hacia lo irreal o lo absurdo. La “realidad real” está fuera de foco.

Un año un día se ha cumplido desde que 43 estudiantes normalistas desaparecieron: a manos del ejército, a manos de la policía, a manos del narco, cualquier hipótesis es válida. Los han querido encontrar en las numerosas fosas clandestinas y a cada osamenta anónima le han querido poner cualquiera de los nombres: Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, Dorian González Parral, Jorge Antonio Tizapa Legideño, y decenas de nombres más, decenas de otros rostros perdidos desde hace cientos de días.
 
Los cadáveres: Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz son dos de los 43 desaparecidos cuyos cadáveres, se afirma, ya fueron identificados. El segundo de ellos, hace apenas unos días. ¿Cómo? ¿Por qué estaba ahí, muerto?

Hasta la fecha se sigue hablando de desaparición. La falsa verdad histórica del gobierno no sólo fue derrumbada sino que ahora es pisoteada. Los padres de los normalistas no van a permitir el carpetazo, en México como en cualquier lugar del mundo, el crimen desde el poder debe ya y para siempre parar. ¿Acaso es posible?
 
43 normalistas de Ayotzinapa, en Guerrero, fueron atacados a balazos por ser normalistas, por ser de Ayotzinapa, por ser de Guerrero, por ser de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, por ser estudiantes.

Un año un día después, aún no se sabe de ellos. De dos se confirmó su muerte, Alexander y Jhosivani son ubicuos desde entonces, los demás, Felipe Arnulfo Rosas, Israel Jacinto Lugardo, José Ángel Campos Cantor, Jorge Luis González Parral, ellos, los demás, sus compañeros, los estudiantes, ¿Dónde están?.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario