domingo, 13 de septiembre de 2015

Melodías que llegan al "corazón de León"

Nuestra ciudad cuenta con la armonía musical de los leoneses.














La música que acompaña el viaje de quienes visitan el centro de León, es parte de las fotografías y el color. De día o de noche, esos músicos, intérpretes, desafían el silencio que quedaría si quienes caminan no hablaran.
Son la música de fondo de una ciudad que crece y se mueve, a veces en silencio, a veces en compases.
El multi-instrumentista
 
Lo reconocen porque toca tres instrumentos a la vez (a veces más): la guitarra, una zampoña y percute un bombo con su pie derecho; además, marca el ritmo con un pequeño pandero afianzado a su pie izquierdo.
 
Es EdgarAlvarado, tiene 26 años y cuenta entre 4 y 5 los años que lleva tocando en el centro, motivado por “las ganas de querer tocar, de hacer lo que te gusta”.
 
Dijo que ante la falta de foros y espacios para tocar, no se desmotivó, optando por presentarse en el centro,  “un lugar apropiado, como el corazón de León”.

Integra su repertorio con música andina, bajo la idea de compartirle a la gente un sonido agradable para todos, que independientemente de los gustos, pueda atraer a cualquiera.

Para lograrlo, hace sonar sus cuatro accesorios musicales, en un proceso de aprendizaje que dijo, no fue complicado ni de golpe, sino poco a poco y de un instrumento a la vez. Considera la posibilidad de aumentar sus instrumentos: “pienso hacer más cosas o traerme más cosas que pueda estar tocando mientras”, el proceso de aprendizaje como músico “es algo que todavía no termina”, aseguró.
 
Destacó el hecho de compartir ese tipo de expresiones con quienes lo ven por primera vez así como con quienes ya lo reconocen pues “se necesita mucho de la motivación de la gente”, además, enfatizó la importancia de manifestaciones artísticas que contrasten con visiones negativas de las cosas, y que al mismo tiempo pueda contribuir a que la gente libremente escuche, conozca y comparta una forma distinta de crear y percibir la realidad.

 
Una Gaita alemana en León
 
Enrique González toca la Gaita alemana y comparte su música al viento, a la gente o a quien lo escuche,  en uno de los accesos a la Plaza Principal de León.
 
Su propuesta es distinta y desde lo lejos, por el sonido, se hace oír: toca una Gaita que hizo traer desde Alemania y que complementó con unas piezas que elaboró un amigo. Tiene 23 años y es autodidacta.
 
Al preguntarle sobre su labor y la de quienes comparten espacio con él, declaró que defiende la expresión musical de quienes exhiben su música en lugares como el centro y la calle pues desde lo cultural es importante. Sin embargo, dijo “muchas veces se ve mal porque piensan que todos los músicos vivimos de tocar en la calle cuando no es así”.
 
Describió que la reacción de la gente al escucharlo tocar es como de intriga al no saber con precisión de qué instrumento se trata. Cuenta con tres gaitas, las eligió “porque es un instrumento poco usual, me gusta mucho su sonido, la forma de tocar. Es algo muy interesante”, concluyó.
Cilindrero de décadas
 
Con 35 años como cilindrero, Héctor hace sonar su centenario instrumento bajo la sombra del Portal Bravo. Una melodía dulce que brota de una caja, es la expresión musical que comparte a quienes pasan, escuchan, se acercan, y le dejan a su vez una moneda.
Se trata de un legado generacional que comenzó en los años 30 cuando su abuelo comenzó a tocar el Cilindro. Después pasó a su padre que hizo lo propio a partir de los años 50, siendo ahora Héctor quien mantiene viva la tradición en uno de los varios pasajes que componen el cuadro principal de la Ciudad.
Es leonés y se reconoce como “una pieza más” de la Zona Centro, pues el sonido único de un instrumento como el suyo se distingue de cualquier otro, y defiende el oficio tan antiguo del cilindrero que empezó, aclara, no en la calle, sino en las casas como parte del acompañamiento que tenían las familias al interior de sus hogares.
 
Es su medio de vida, y de todos sus hermanos, es el único que siguió con el oficio iniciado por su abuelo. Respecto a sus hijos, insistió en que se trata de algo voluntario, ellos deciden si continuar la tradición, respetará lo que decidan.



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