sábado, 10 de octubre de 2015

El viaje del médico guerrillero que visitó León Parte 1.

Che Guevara    Foto: google



El día de ayer se cumplieron 48 años de la muerte del Che Guevara. Las dudas en torno a sus días finales contrastan con el matiz de sus días de juventud en que sus viajes, tal cual como caminos, lo llevaron por el rumbo del descubrimiento, primero, de un mundo con injusticias y desencuentro, y luego, de un guerrillero interior que daría su vida para cambiarlo.

El Che antes que guerrillero fue médico, y antes que Cubano, Argentino. Su historia, principalmente en los años de su juventud y los inicios de su madurez política y revolucionaria, es un reflejo de la lucha de la historia: una lucha dicotómica, generalmente entre opuestos, que buscan ocupar un sitio relevante en la realidad del mundo.

Formado en una atípica familia argentina, Ernesto Guevara de la Serna demostró desde niño el ímpetu casi impulsivo de quien, como él, cruza una zanja con el mate entre las manos y se cae una y otra vez y no deja de cruzarla hasta que aprende a saltarla.

Sin embargo, la pregunta es ¿dónde termina la historia de Ernesto Guevara y dónde empieza la del Che?

I.En agosto de 1952, Ernesto Guevara volvió a Argentina tras un viaje (su primer gran viaje en motocicleta) durante algunos meses.

En casa le esperaba un pendiente importante: rendir sus últimos exámenes universitarios y culminar su carrera estudiantil como médico. Lo logró casi nueve meses después.

“El 11 de abril de 1953, Ernesto rindió su última materia. Desde la facultad llamó a su padre por teléfono y le dijo: ‘Habla el doctor Ernesto Guevara de la Serna’, y puso el énfasis en la palabra ‘doctor’”. (O’Donell, 2006: 83). Con su título como médico, tarea cumplida, el segundo viaje era más que inminente. Las consecuencias de este viaje fueron impensables.




Foto: wikimedia.com


Hacia julio del mismo año, él y su compañero, Carlos “Calica” Ferrer partieron hacia Bolivia en un vagón de segunda clase del Ferrocarril Belgrano.

En Bolivia, quien todavía era únicamente Ernesto Guevara, conoció las condiciones de desigualdad social y humillación a que eran sometidos los pobladores originarios de esos pueblos. El disgusto creció conforme observaba que la burocracia, lastre congénito de la política, entorpecía los procesos para atender las necesidades de esos llamados indígenas; crecía conforme observaba que en las calles la discriminación era mayor y que hasta la cultura popular, obsesivamente opacada por las pretensiones de alta cultura, era sometida y rebajada a mera aparición colorida.

En septiembre llegaron a Ecuador y posteriormente llegaron a Panamá, donde sus condiciones de precariedad se recrudecieron. Escribía el Che: “Tal vez podamos escribir en una revista llamada ‘Siete’, y tal vez dé una conferencia y tal vez comamos mañana”.

(Continuará).




No hay comentarios.:

Publicar un comentario