miércoles, 28 de octubre de 2015

Entre líneas...¿Y TÚ, LE HAS MENTIDO A UN CIEGO?



¡Qué tal mis queridos lectores!, por segunda vez he venido a platicarles sobre un libro que al igual que el anterior, lleva un gran mensaje entre las líneas de su historia, “Marianela” una de las obras más conocidas del autor Benito PérezGaldós.

Esta novela a pesar de ser corta, tiene una trama que realmente nos atrapa, trata sobre la vida de Marianela, una pobre mujer que ha nacido entre la miseria, resguardada en el rincón de la casa de una familia muy adinerada, la protagonista se describe así misma como un monstruo, un ser que tuvo la suerte de nacer pero que no la merecía. Su estancia en esa casa no era mera bondad, pues cumplía con ciertos labores para servir a los dueños, uno de ellos era fungir como el “lazarillo” del invitado de sus patrones, quien residiría con ellos por un tiempo hasta que su operación de la vista fuera satisfactoria. 

Él se llamaba Pablo, un joven más o menos de la edad de Marianela, quien descubre en ella una belleza única para la cual no hacía falta la vista, él podía confiar en que ella era hermosa, pero Marianela, acomplejada por la cantidad de infortunios que vivió decide alejarlo de la realidad y confirmar lo que Pablo creía, lograría que por lo menos en la imaginación de él, ella fuera bella, con una hermosa y detallada descripción de lo que no era y no llegaría a ser, una mujer físicamente perfecta, con los rasgos más bonitos conocidos por el hombre.

Pero no hay plazo que no se cumpla, ni tiempo que no llegue, pues como ya se veía venir, la operación de Pablo es todo un éxito, descubre por él mismo los colores de la vida que él veía a través de sus ojos, y por miedo a ser juzgada Marianela no tiene el valor para enfrentar sus mentiras y prefiere huir, dejándole así el camino libre a la prima de éste, quien contaba con todas aquellas características que ella presumía. Pablo, al hacer un recuento de los rasgos de Marianela y su loco amor por ella, confunde a su prima con aquella bella mujer de hermosos sentimientos y decide entregarse perdidamennte, sin siquiera imaginar que el supuesto amor que tenía por Marianela, no fue suficiente para reconocerla.

 Y yo me pregunto, porqué no haber retado al amor, porqué no ponerlo a prueba y descubrir que la belleza interior es más fuerte que la exterior. Este libro es un excelente ejemplo de la vida diaria y las relaciones de pareja actuales. Todos y cada uno de nosotros hemos sido ciegos alguna vez, y por igual le hemos mentido a algún ciego, ¿a qué me refiero con esto?, muy sencillo, a que cada vez que nosotros conocemos a alguien, creemos todo lo que esa persona nos cuenta, y lo único que somos capaces de admitir son nuestras virtudes, nunca defectos, somos personas completamente faltas del sentido de la vista y es necesario un lazarillo que nos guíe para conocer a la persona, pero conocemos sólo lo que aquel nos cuenta y esa persona sólo conoce de nosotros lo que nosotros hemos querido que conozca.

 Y que sencillo es fingir ser alguien más, llenarnos de virtudes que no tenemos y dejar a un lado los defectos, ese es el motivo por el cual se han dado tanto fracasos en los matrimonios, por mantener la ilusión de un ciego, fomentar algo que no existe y que sólo se mantiene por obra del creativo lazarillo.

Todo sería mejor, si desde un principio, no intentáramos huir y nos mostráramos tal cual somos, porqué así no nos arriesgamos a no conocer el verdadero resultado de lo que la otra persona siente por nosotros, todo sería más profundo, más duradero. Y esto nos lleva a que tal vez seamos demasiado duros con nosotros mismos, tenemos mil cualidades buenas y cuando alguien llega a gustarnos nos fijamos en el menor detalle por el cual creemos no tendremos posibilidades, pero porqué un sólo detalle arruinaría lo que somos, si tenemos un sinfín de cualidades.  

Lejos de llevar esta reflexión a un monologo extenso, les invito a que tomen en cuenta que no todo en la vida es lo físico, muchas veces el peor enemigo somos nosotros mismos, pero busquemos eso,  ser ciegos de vista para ver con el corazón, para valorarnos a nosotros mismos y a las demás personas, y si logramos guiarnos con la voz de los demás, si aprendemos a escuchar antes de juzgar, nunca estaremos perdidos.

 También es necesario no engañarnos a nosotros mismos y  dejar de propagar la mentira de algo que no somos, no seamos la “Marianela” de nuestra historia, no le dejemos el camino libre a nadie, hay que darnos a conocer como realmente somos y sólo así el amor que nos brinden será sincero.
  La ladrona de libros
(SEGUNDA PUBLICACIÓN)

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