martes, 6 de octubre de 2015

Y el pueblo ofendido, abrirá los ojos (parte 3)

Tercera parte.

foto: tlatelolcosor.com

Sin embargo, continuaban las separaciones.

“El movimiento estudiantil nació dividido”, reconoce Guevara Niebla. La división, la no conciliación de ideas y la mala organización no impidieron que se diera un paso adelante.

El 2 de agosto de 1968 se formó el Consejo Nacional de Huelga. A pesar de que con el paso de los años ha sido la UNAM la institución directamente ligada con dicho consejo, lo cierto es que el CNH se formó en el Instituto Politécnico Nacional. Los mismos universitarios reconocían que la organización del Poli era ejemplar, la formación del Consejo de Huelga es muestra de ello.

Paradójicamente, de acuerdo a los testimonios, eran los estudiantes de Sociales, Políticas y Humanidades los que estaban entorpeciendo el proceso de organización.

“En primer lugar, lo que permitió meter orden fue la organización del Politécnico; en segundo lugar, ayudó el papel de Ciencias y el área técnica de la Universidad. Pero el área de Humanidades estaba, en la práctica, entorpeciendo la posibilidad de respuestas rápidas (…) Llama la atención que los estudiantes de Humanidades y Ciencias Sociales tuvieran mayores lastres para una acción política efectiva”.

El 4 de agosto se redacta el Pliego petitorio. Las demandas:
1)  Libertad a todos los presos políticos.
2) La derogación del artículo 145 del Código PenalFederal. (Según Guevara Niebla en realidad eran el 144 bis y el 141).
3) La desaparición del cuerpo de granaderos.
4) La destitución de los Jefes policiacos Luis Cueto y Mendiola Cerecero (“quien encabezó personalmente la madriza del 26 en Madero”, Guevara Niebla).
5) La indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
6) El deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos represivos y sangrientos.

Para el día 5, lunes, mismo día que la UNAM se incorporó al CNH, se realizó una manifestación. La tensión al interior de la Universidad acrecentaba la duda y la incertidumbre; los dirigentes no sabían quiénes los iban a apoyar y el temor de no obtener ayuda ni respuesta iba en ascenso.

La FNET (ya identificada como apegada al gobierno, de corte marcadamente priísta) convocó a una manifestación para el mismo 5 de agosto. Así, los líderes de la Universidad que recién aparecían en la escena del nuevo Consejo de Huelga en el IPN, temían verse aislados y minimizados por el poder de convocatoria de la FNET.

Ambos contingentes partirían del mismo sitio con rumbo al mismo sitio también; la respuesta fue inesperada. Camiones llenos de estudiantes de las facultades y prepas de la Universidad y el Politécnico llegaron, marcando una pauta en la que el movimiento vio posible y necesario generalizarse.

“Fue la manifestación más cabrona del 68 porque cada metro que avanzabas sin represión era un triunfo, sumado al hecho de que la gente hubiera acudido a la convocatoria”.

Los estudiantes se preparaban para su marcha más festiva, una semana después.
 


(Continuará).

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